Conforme van avanzando las tecnologías en los vehículos van apareciendo sistemas para mejorar la seguridad, una de esas tecnologías son los sistemas de iluminación para los coches, una de las más importantes de cara a la seguridad son las luces adaptativas, que cambian tanto el haz de luz como la orientación de las faros para mejorar las condiciones de iluminación en cada momento. ¿Lo mejor? Que permiten ver más… sin deslumbrar al resto de usuarios de la vía.
Existen sistemas muy básicos que lo único que hacen es orientar el haz de luz en las curvas y cambiar automáticamente de luz de cruce a luz larga, pero los sistemas de luces adaptativas más completos, que utilizan ya muchos fabricantes como Mercedes, BMW, Opel o Peugeot, por ejemplo, pueden realizar muchas más funciones. Para ello, utilizan los datos que recoge una cámara situada en el frontal del vehículo – normalmente en el parabrisas, tras el espejo retrovisor interior – y distintos sensores que proporcionan datos sobre la velocidad del vehículo, las condiciones meteorológicas, el ángulo de giro del volante o la cantidad de luz solar, entre otras.
En base a la información recogida por la cámara y por los sensores, los faros cuentan con un mecanismo giratorio que permite orientar el haz de luz, además de modificar la intensidad. Por ejemplo, con este sistema es posible detectar la presencia de tráfico en sentido contrario –o en el mismo sentido – para cambiar de luz larga a luz de cruce, orientar el haz de luz en las curvas haciendo que los faros giren hasta 15 grados al mover el volante, adaptar la anchura y el alcance del haz de luz en función de la velocidad y el tipo de vía (carretera, autopista o ciudad) e incluso aumentar la iluminación hacia las líneas exteriores de la calzada para que el conductor mantenga una referencia fiable cuando las condiciones climatológicas son adversas, por ejemplo en caso de lluvia.

Los últimos desarrollos en tecnología de iluminación, como los faros LED o los nuevos Matrix LED de Audi permiten nuevos avances en materia de iluminación activa, al ser capaces de apagar o encender de forma selectiva e individual cada LED, para seguir iluminando lo mejor posible el resto de la calzada sin deslumbrar a los vehículos que se aproximan de frente.
También es cada vez más frecuente que los sistemas de luces adaptativas puedan utilizar los datos del sistema de navegación del vehículo, para anticiparse al perfil o al trazado de la carretera.